La procrastinación es el hábito de posponer o evitar las tareas que se deben hacer, ya sea por falta de motivación, de organización, de concentración o de confianza. La procrastinación puede tener consecuencias negativas para el rendimiento, el bienestar y la salud de las personas que la sufren.
¿Cómo se puede evitar la procrastinación? No existe una fórmula mágica ni una solución única, pero sí hay algunas estrategias que pueden ayudar a combatir este problema. Aquí te presentamos algunas de ellas:
– Define tus objetivos y prioridades. Es importante tener claro qué quieres lograr y por qué, así como cuáles son las tareas más importantes y urgentes que debes realizar. Esto te ayudará a enfocarte en lo esencial y a evitar distracciones o excusas.
– Planifica tu tiempo y tus recursos. Una vez que tengas definidos tus objetivos y prioridades, elabora un plan de acción que incluya los pasos a seguir, los plazos a cumplir, los recursos que necesitas y los posibles obstáculos que puedas encontrar. Así podrás anticiparte a los problemas y gestionar mejor tu tiempo y tu energía.
– Divide las tareas grandes en pequeñas. A veces, la procrastinación se debe al miedo o a la sensación de abrumación que nos produce enfrentarnos a una tarea muy compleja o extensa. Para evitarlo, puedes dividir esa tarea en sub-tareas más sencillas y manejables, que te resulten más fáciles de empezar y de terminar.
– Establece recompensas y castigos. Otra forma de motivarte para evitar la procrastinación es premiarte por cada tarea que completes o penalizarte por cada tarea que retrases. Las recompensas pueden ser algo que te guste o te relaje, como ver una serie, comer algo rico o salir a pasear. Los castigos pueden ser algo que te disguste o te incomode, como hacer ejercicio, limpiar la casa o donar dinero a una causa que no apoyes.
– Busca apoyo y feedback. No tienes que enfrentar la procrastinación solo. Puedes buscar el apoyo y el feedback de otras personas que te ayuden a mantenerte enfocado, a resolver dudas, a superar dificultades o a celebrar tus logros. Estas personas pueden ser amigos, familiares, compañeros de trabajo o estudio, profesores, mentores o coaches.
– Elimina o reduce las distracciones. Uno de los principales enemigos de la procrastinación son las distracciones, es decir, todo aquello que nos desvía de nuestra tarea y nos hace perder el tiempo o la concentración. Estas distracciones pueden ser externas, como el ruido, el teléfono, las redes sociales o las personas; o internas, como los pensamientos negativos, las emociones desagradables o las tentaciones. Para evitarlas o reducirlas, puedes crear un ambiente propicio para el trabajo o el estudio, silenciar o apagar los dispositivos electrónicos, bloquear las páginas web que te distraen o usar técnicas de relajación o meditación.
– Sé flexible y compasivo contigo mismo. Por último, recuerda que nadie es perfecto y que todos podemos procrastinar en algún momento. No te culpes ni te castigues por ello, sino reconoce tu error y aprende de él. Sé flexible y adapta tu plan si surge algún imprevisto o si cambian tus circunstancias. Y sé compasivo contigo mismo y reconoce tus esfuerzos y tus avances.
Estas son algunas estrategias para evitar la procrastinación, pero no las únicas. Lo importante es que encuentres las que mejor se adapten a ti y a tu situación, y que las pongas en práctica con constancia y disciplina. Así podrás vencer la procrastinación y alcanzar tus objetivos con éxito.
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